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la vida al filo de las provincias

tener un amante no residente es un arma de doble filo.

filo 1.
como está a muchos kilómetros de distancia, el fuego se mantiene en su punto en los periodos de separación.
como está a muchos kilómetros de distancia, la fidelidad no es un elemento imprescindible.
como está a muchos kilómetros de distancia, no le coges manía a sus manías, no detestas sus despertares, no te resulta intolerable ver sus calcetines fuera del cesto de la ropa sucia...
como está a muchos kilómetros de distancia, cuando deja de estar a muchos kilómetros de distancia todo es doblemente intenso, doblemente largo y corto, doblemente delicioso y doloroso.

filo 2.
como está a muchos kilómetros de distancia, nunca está cuando tiene que estar, justo en ese momento en que te enroscarías en él hasta convertirlo en un laoconte.
como está a muchos kilómetros de distancia, a veces, su cuerpo, su risa, su voz, se desdibujan y se pierden.
como está a muchos kilómetros de distancia, la atención se dispersa y se comienza a husmear, buscar, mirar, ver, escuchar, oír...
como está a muchos kilómetros de distancia, se le puede detestar ligeramente porque está a muchos kilómetros de distancia.

afilando los filos.
¿cuál es la solución? asumir que tenemos muuuucho amor para dar. que las provincias merecen nuestro amor...no solo una, o varias, sino todas, ... que la metrópoli también merece nuestro amor... que no hay que ser chauvinista, que el extranjero también merece nuestro amor...

así pues, la solución al filo doble del amante de extrarradio es... el amante residente, el amante (otro) de extrarradio, el amante exótico, el amante accidental, el amante puerto deportivo (siempre vuelvo a echar el ancla)...

¡me encanta que los planes salgan bien! so the bible saids: amaos los unos a los otros.

y yo, que soy muy pía, obedezco. religiosamente.

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