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el sexto sentido

a veces veo muertos...

algunos domingos veo muertos. se me personan frente a los ojos, carentes de todo pudor. se exhiben como pavos reales, dando vueltas sobre sí mismos para que seleccione al muerto más vistoso.

el más sentimental.
el más ardoroso.
el más cínico.
el más infantil.
el más ingenuo.
el más grande.
el más pequeño.

mis muertos me preparan un happening sorpresa algunos domingos. mientras los miro evolucionar por la casa, mostrándose desvergonzados y haciéndome mohines seductores, me pregunto porqué mis muertos se resisten de una forma tan pintoresca a desaparecer.

et chaque fois les feuilles mortes
te rappellent à mon souvenir
jour après jour les amours mortes
n'en finissent pas de mourir


merci bien, mon serge. prometo que la próxima vez no aplaudiré sus evoluciones.




...

no

tengo

ganas

suspirosuspiro

yo no tengo abuela, yo tengo un ex marido

yo no tengo abuela. una verdadera pena, ciertamente.
pero como la vida es misericordiosa y yo un encanto, yo, que no tengo abuela, tengo un ex marido.

entre las innúmeras ventajas de tener un ex marido está que es tu fan número uno.
no sólo te dice que eres muy guapa y muy lista y que te mereces príncipes y dentistas (aunque eso nunca se sabe si va con segundas, viniendo de un exloquefuere).
es que además, te hace los mimos cuando la flu, te lleva al cine y te compra un pirulí, te saca de paseo y a tomar el vermú cuando te apetece tomar vermú. y cuando no, no.
cuando tu amante del momento es un prodigio de anatomía humana, se inflama de orgullo. ¡esta es mi chica!
cuando tu amante del momento resulta ser una auténtica filfa, te presenta a un futurible de buen ver. ¡esta es mi ex chica!

y es que así da gusto.



eu flipín

y es que la vida campestre tiene algunos detalles encantadores. fascinantes. entrañables.
y es que salir por la noche en el mundo rural es una experiencia irrepetible. increíble.
y es que piden fuego para ligar (o al menos intentarlo, y con escaso éxito, deduzco por el histerismo ambiente).

lugo, d.f. año de nuestro señor 2003.
un tipo sale disparado de ninguna parte. de repente se planta ante tu nariz.
¿tienes fuego?
un resorte se dispara. los angelitos cantan, la ceja se levanta.
he perdido el mechero.
hace mucho.
es más, ni siquiera fumo....esto es un cigarrillo de chocolate. esclavitudes de la sofisticación capitolina, ya sabes...i’m pretending i’m a sofisticated lady.
perdona pero, ¿tienes fuego?
¿cómo? ¿perdón? insisto, he perdido el mechero, no tengo mechero, nunca lo he tenido y nunca lo tendré.

¿no es adorable? ¡aaaah, qué regalada vida!

pordió.

casino royale

me he puesto la negligée.
me he calzado las katiuskas.
y he salido a pasear por los meadows.

mesmerismo: cuando despierte todo habrá pasado y no recordaré nada de lo sucedido...
las katiuskas de tacón y la ceja levantada....¡ñaaaaam!


es para mí motivo de constante alegría...

porque en estas entrañables fechas, todo lo que puede decirse es

¡socorroooooooooooooo!

la deriva alcohólica

como esto se prolongue mucho más, acabo en la betty ford.

la civilización bebe agua.

buscando a chencho deseperadamente

gesú gesú...

¡ays!

la noticia del día

el dinero sí da la felicidad.



irremediablemente

y es que hay cosas que, por más que intentes evitar, suceden una y otra vez, en un bucle infinito, inevitable, irremediable.
hacer el almendro es una de ellas.
volver a ese triste lugar (ciudad de provincias) de infausto recuerdo del que saliste, espeluznada, hace ya tanto tiempo que sería ordinario numerarlo.
hace frío y llueve. pero vuelves, vuelves a comerte el atasco un año más. espeluznante.
vuelves a esa habitación de la adolescencia. espeluznante.
vuelves a los mismos bares, oh my god, todos estos años después! espeluznantes.

el horror. vuelves a casa por navidad...hasta que seas lo suficientemente mayor como para irte al siam en estas fechas sin ceder al chantaje emocional del corte inglés, las marcas de turrones y polvorones y la inocente, maternal y amorosa pregunta de tu madre, a mediados de noviembre...¿qué, cuando vienes, hija? la estocada definitiva. y anulas la reserva a destino paradisiaco y animista en el que no existen ni le père noel ni jesusito ni los tres reyes magos...vuelve a casa vuelve...

diossssanto...

casino royale

me he puesto la negligée.
me he calzado las katiuskas.
y he salido a pasear por los meadows.

me tomo una aspirinacéefervescente.
me repongo, me repongo, me repongo.
y, de nuevo pizpireta, doy una voltereta y...


noticiario universal

en días como este yo me pregunto dónde se esconde el sentido de la medida.
en días como este yo me pregunto dónde he guardado el frasco de las aspirinas.
en días como este yo me pregunto cómo consigo preguntarme.

y es que no es que la noche me confunda. es que ya parto confusa a la noche y claro, así pasa lo que pasa...

en mi defensa debo decir que... no tengo argumentos. lo que tengo es resaca.

penitente, paseo mi sambenito por la oficina. me castigo de cara a la pared y dormito.

r.b.

roberto bolaño está muerto. está total y completamente muerto.
ahora se supone que debemos colocarle en el terreno del mito. con el resto de leyendas.
sin embargo, lo único que aparece ante mis ojos, sobre una de esas pantallas nevadas de uno de esos televisores desintonizados, es el hecho de que roberto bolaño está total, completa e irreversiblemente muerto.

and now for something completely the same

la pantalla atravesada por franjas se abre y es tu ojo el que se abre alrededor de la franja. todos los días el estudio del desierto se abre como la palabra «borrado». ¿un paisaje borrado? ¿un rostro en primer plano? ¿unos labios que articulan otra palabra?
la geometría del otoño atravesada por la desconocida solamente para que tus nervios se abran.
ahora la desconocida vuelve a desaparecer. de nuevo adoptas la apariencia de la soledad.

prosa del otoño en gerona (fragmento), de tres, roberto bolaño.

cienes y cienes de veces

te lo he dicho y repetido ... pero no. tu insiste, di que sí, a ver si así vas y me lo creo ... que no, que no y que no ... ya lo sabes y es que no ... ¿porqué preguntas de nuevo? ... y te obcecas y protestas y te repito que de ninguna manera y que no ... ¡ya basta! ... tu argumentario es endeble y mi paciencia finita (mucho) ... no quiero saber nada ... ni no ni no ni no ... déjalo ya ... ¿porqué te repites hasta saciedad? ... me aburres y sabes que es que no ... y ya está bien ... y se terminó esta conversación ... no viene de ninguna parte y es evidente que no nos lleva a ninguna otra ... que te calles ... que te caaaalles ... ssssssshhh ... ¡me agotas! ... no ... que no, reitero, repito, insisto, afirmo contundente ...

no necesitas otro bolso ... fagot ... fagot ... ssssshhhhh ... que te calles ... cierra ... la ... bo ... qui ... ta



deportes de aventura (hago la limpieza)

estoy convencida de que hacer la limpieza debería ser considerado un deporte de riesgo. como el rafting o el descenso de cañones, el parapente o el puenting.

trescientos mil productos de limpieza velan por su seguridad
en atractivos botes, con bonitos dibujos, guardados en un armarito especial, solo para ellos. los productos de limpieza llevan esas advertencias del tipo: “esto es altamente ponzoñoso y mortífero, intente no confundirlo con un gin tonic, con tónico relajante facial o con colirio. si por desventura se confundiera llame sin demora al 90053486021522”. y con esos líquidos potencialmente mortales, hay que lidiar. limpiar los muebles, los cristales, las baldosas de la cocina, las del baño, el suelo...

los gadgets
porque hay bayetas para: muebles normales, muebles de madera delicada, cristales y espejos, paredes del baño, paredes de la cocina, encimeras. ¡ah! y el rey: el plumero. porque hay escobas de pelos o de goma. fregona para la lejía, para el parquet y para el resto de superficies. y los cubos, cuadrados o redondos, con escurridor anatómico o con escurridor que no escurre. ¿y dónde se supone que lo guardo todo? ¿y se supone que debo distinguir con un sólo golpe de vista la fregona de la lejía de la del parquet, la bayeta de los muebles normales de la de los muebles de madera delicada, la bayeta del baño de la de la cocina? ¿cómo? ¿con etiquetas? ¿por colores? ¿texturas?

los grandes instrumentos
la vaporeta. la aspiradora. la vaporeta, un arma mortal. te abrasas con el vapor. encima pesa una tonelada. las ruedas se atascan en todas partes. el tubito no alcanza la esquina remota y hay que estirarlo hasta el punto crítico (como me la cargue, me castigo sin postre tres meses). ¡ah! pero ¿y la aspiradora con veintrésmil posiciones? para sofás, para alfombras, para cortinas, para suelos. con el cepillo o sin el cepillo. treinta cabezales distintos dependiendo de la superficie a aspirar. y cuando se llena la bolsa. ¿dónde venden las bolsas de tu marca de aspiradora? ¿bolsas de esa marca y modelo? en ninguna parte. a vaciar la bolsa en la papelera. fantástico...ahora a pasarla otra vez. y te enredas con el cable y te caes de bruces.

sí. hacer la limpieza es, indudablemente, un deporte de riesgo. puedes envenenarte de diversas formas, sufrir un esguince, hacerte daño en la espalda, romperte la crisma al tropezarte...

pero lo peor, lo peor, es cuando te equivocas de bayeta y limpias el baño con la de los muebles delicados...

y ni siquiera hemos tocado el tema de la lavadora. la pesadilla definitiva.


tengo un amigo que...

tengo un amigo que viene de visita y que...
tengo un amigo que te va a caer genial, vas a ver, porque...
¿tienes planes para el viernes? ¡genial, ya tienes planes para el viernes! verás es que tengo un amigo que....
si no te apetece no pasa nada, pero es que mi amigo se viene de visita y, verás, es que....
ya sé que te llamo con poco tiempo, pero ya verás qué divertido porque...
es que he pensado en ti porque sé que a mi amigo le vas a encantar porque...

seleccionada entre miles de candidatas.
has tenido suerte.
porque, ¡oh!, él es:
el amigo supersimpático.
el amigo superlisto.
el amigo superencantador.
el amigo que es tan, pero tan tan mono.
y tú le vas a encantar al amigo.

y te quedas preguntándote porqué no te invade esa emoción sincera que parece invadir a tu amiga, la que acaba de endilgarte una cita con su amigo que es tan, pero tan...

será la edad.
pues será eso.




ya están aquííííí

han llegado.
ahora ya no hay marcha atrás.
se impone cerrar los ojos, apretar los dientes y aguantar el chaparrón.
contener la respiración y pensar en inglaterra para pasar el trago.
es inevitable. de nada sirve seguir escondiéndose. están por todas partes. se nota el pánico en el ambiente. la tensión está por doquier.

ya no hay nada que hacer, salvo buscar en el mapamundi algún destino recóndito donde esto no suceda.

ya han puesto el cortilandia.
las navidades ya han llegado al corte inglés.
las navidades han llegado al corte inglés y desde el corte inglés invaden nuestras vidas.

han llegado.
no hay escapatoria.




i’m a looser baby, why don’t you kill me

nos hemos prohibido fumar en el despacho.
en realidad, yo no he votado.
en realidad, nadie ha votado.
un individuo de seis centímetros ha tomado la decisión. un déspota que aún no tiene pulmones ni sistema digestivo. durante cinco meses, no se fuma. tampoco sirve abrir las ventanas y someterse al vivificante aire invernal para fumarse un cigarro asomada a la veranda, mi dulce amanda. no. tampoco. que no se fuma y es una orden.

no es que me importe demasiado (¡mentirosa! que sí, que sí que me importa, que me pone furiosa, que me molesta).
y es que siempre he tenido el mando del despacho.
era la cabeza visible de este espacio inquietante.
siempre se habían tomado las decisiones importantes en conjunto, pero mi voto siempre fue de calidad.

he sido desbancada por un nonato.
¡el poder es tan efímero!


au revoir les enfants

¡adiós, amiguito, adiós, qué bien que lo hemos pasado, adiós, adiós!

y es que no hay nada como la lujuria y el desenfreno...
bueno sí, la ausencia ab-so-lu-ta de compromisos y complicaciones...
bueno sí, unos huevos estrellados con un marqués de cáceres del 94....
bueno sí, una cama recién hecha y frufrú de algodón y plumas...
bueno sí, un baño de espuma un domingo por la tarde...
bueno sí, una tarde de palomitas viendo the thin man....
bueno, sí, hay un montón de cosas tan buenas como la lujuria y el desenfreno, pero su enumeración es larga y hoy es lunes y no hay que abusar...

pero, qué satisfacción despedirse en un día soleado en la plaza de la cebada, gracias y adiós primor, ya nos veremos, ya hablaremos, ya volveremos a pasarlo tan tan bien y ahora te vas al avión y yo a dormir la siesta y duermo, duermo como un lirón porque....

¿porqué lo llaman sexo cuándo quieren decir sexo? debe ser porque sale en el diccionario.

si es que no hay nada como limpiar, fijar y dar esplendor, durante cuatro días seguidos...



casino royale

me he puesto la negligée.
me he calzado las katiuskas.
y he salido a pasear por los meadows.

y como me siento una y trina, estoy hecha un pimpollo.
y no sé si arderá troya, pero a mí ya me ha bajado la fiebre.


oigo voces (2)

oigo voces que me dicen...

¿qué me dicen?

oigo voces que me dicen:
hummmm...
ays...

y añaden:
hummmm...
ays...


¿pereza? fagot, ssssshhhh...



¡oh!, ¡es él!

¡¿hummmmm?!
divinement, divinement...!

me encanta cuando los advenimientos salen bien.

relatos diaspóricos

yo, antes, quería exiliarme. a laponia.
laponia me parecía el lugar perfecto. aislado. con los renos. unas cuantas coníferas. los lapones pastoreando. en fin, que era perfecto. lo tenía planeado hasta el más mínimo detalle: el abriguito, el sombrerito de pico, con su pompón, los chanclos y la bolsa de agua caliente, siempre en una bolsa en el recibidor, para estar preparada cuando llegara la crisis que desencadenase el exilio.

pero ya no. ahora ya no quiero exiliarme a laponia.
laponia es una tundra muy fría. hay ventiscas y nieva. me tropiezo constantemente con los chanclos y se me ha congelado el agua de la bolsa de agua caliente. y lo malo es que he perdido la maleta y como aquí todo es blanco, no sé volver. un lapón muy simpático me ha dado una brújula. le he puesto una cadenita y hace un colgante muy mono. tengo los pies fríos.

ahora ya no sé donde exiliarme. tal vez a un país tropical. voy a ir preparando la maletita para cuando se desencadene (de nuevo) la crisis: el bikini, las sandalias, una pamela y la sombrilla china. la he puesto en el recibidor. una nunca sabe cuándo va a tener que salir corriendo.

horror en el hipermercado, terror en el ultramarinos

mi nevera está vacía y nunca he entendido el concepto despensa, así que no tengo. además, no suelo ir a la compra. lo encuentro demasiado estresante, demasiado humillante, demasiado doloroso.

el supermercado. el supermercado es un lugar de alucinación, lleno de estanterías llenas de la misma cosa con distintos envoltorios que lo único que me provoca es ansiedad e indecisión.

comprar leche acaba por convertirse en una pesadilla.

al fin y al cabo, la leche es leche, ¿para qué me enseñan quinientos tipos de leche? sólo quiero leche, déme leche, déjeme en paz...y lloro y me voy sin leche, es demasiada responsabilidad.
¿cómo voy a saber cuál es la leche adecuada, la buena? hay miles de leches distintas, y en tres colores, las posibilidades se agrandan y yo me achico. quiero leche, sólo leche, una cualquiera, da igual, es para poner con el café, sólo quiero leche. pero no. porque no es sólo que haya quinientas marcas de leche distintas. además hay leche con calcio, con vitaminas y con otras muchas cosas. es decir, que se deben multiplicar los tres tipos de leche (entera, semidesnatada y desnatada) por quinientas marcas que a su vez se multiplican con los diversos enriquecimientos lácteos que los fabricantes tienen a bien inventar.
así, me quedo paralizada presa del pánico ante las infinitas estanterías sobre las que reposan los infinitos tipos de leche que existen en este momento en el mundo. con mi cestita. y mi cara pierde cualquier expresión que no sea la de la desolación más absoluta y el terror más pánico. se me abre la boca. se me escapa un lágrima. susurro muy bajito: “lo único que quiero es leche” y se me cae la cesta de puro desconsuelo.
lo más absurdo de todo el asunto es que ni siquiera me gusta la leche. y sufro por ella más de lo que es posible describir. ¿cuál es la leche i-de-al?

el ataque de ansiedad está a la orden del día en mi supermercado.

uuuh uuuh uuuh, uuuh uuuh uuuh

j.j. johanson

¡esplendide!

oigo voces

oigo voces que me dicen...

¿qué me dicen?

oigo voces que me dicen:
otro nuevo viejo amante está pronto, está pronto...
otro nuevo viejo amante está al caer...

¡y qué pereza, fagot, me dan las cosas del (no) querer!


blanca, una pequeña mujer de inmensos ojos

me mira. me mira. se extraña. se sonríe. escribe.
tiene el sol en casa. elio. y un eclipse en una alfombra. fue chihiro, de viaje.
de repente se hizo de noche en un cielo rojo lleno de soles blancos, tan blancos. huele a palomitas.

yo la miro. la miro. me extraño. me sonrío. escribo.
tengo a tamerlán en casa. el gato de la zona cero y un eclipse en el techo. fue octubre. de repente se abrió el cielo y tras el cielo mi techo se llenó de agua. huele a río.

ella se preocupa y escribe. yo me despreocupo y por eso escribo.
ella cierra los ojos y se asusta. yo me asusto y cierro los ojos para espantar el miedo.

ella tiene el sol. yo tengo a tamerlán.
ella está y yo estoy.
estamos.
con nuestros eclipses diversos estamos dibujando un firmamento tan extraño y nuevo que dan ganas de festejar y celebrar que el horizonte nunca es como dicen que es. que el paisaje se modifica a voluntad. que los presupuestos son de quita y pón.

blanca es una pequeña mujer de ojos inmensos, llena de soles y ases en la manga.

blanca vive en bet con el sol y sus cosas.

y eso está bien.

esperando el advenimiento

ésta es una época ideal para esperar advenimientos. “la” época, de hecho.
y yo, que soy un ser obediente, que me dejo llevar, sobre todo por sucesos que van entrecomillados, espero el advenimiento.

el advenimiento del amante del extrarradio. él, oh él, ha decidido, sí, personarse en madrid. y a mí me invade la emoción. una pura alharaca, soy:
¡oh, oh, oh, qué bien, oh, oh, oh, qué ilusión, oh, oh, oh!

la verdad es que preferiría una plancha, una de esas que planchan solas las camisas. o un exprimidor de esos que, solitos, te hacen zumos multifrutas, multivitaminas y multikulti. o un aspirador. de agua.

es lo que tiene la navidad. despierta el deseo irrefrenable de cambiar un amante (alto, atlético y apuesto –lo peor es que es cierto, maldición–) por un electrodoméstico multifunción.




amores contingentes, amores necesarios

a veces la gente se enamora. es algo muy común.
a y b se conocen y se enamoran y son felices y blablablabla hasta que rompen.

el problema está en cuando a veces la gente ya previamente enamorada se enamora. a y c se conocen y se enamoran y son felices y blablablabla. pero b estaba primero y a y b ya se han conocido y enamorado y sido felices y blablablabla.

a es una buena persona. a quiere a b. a quiere a c. la cuestión es que a no tiene nada claro cuál de ambos (b o c) es el contingente y cuál el necesario.

¿cuál de los dos es contingente, intercambiable, transitorio, efímero, leve?
¿cuál de los dos es necesario, único, firme, duradero, sólido?

b y c son buenas personas. buenos amantes. amantes cuidadosos y tiernos, cada uno a su manera. el problema es que b y c no tienen dudas. ambos sienten que son necesarios (para a).

es a la que introduce el elemento contingente en un perfecto triángulo isósceles (en condiciones aisladas de laboratorio, claro). b y c viven en una cosmovisión de elementos necesarios, firmes y sólidos. a vive en un universo aleatorio en el que casi nada es permanente (ni siquiera b o c) y mucho menos necesario.

el destino de a es la confusión. ¿b debe ser consciente de su sobrevenida contingencia? ¿es c ligeramente contingente a su vez? ¿alguno de los dos, realmente, es necesario? de todas estas líneas de contingencia y necesidad que se cruzan y se fugan, ¿es a contingente o necesaria?

y es que es muy bonito eso del amor, sobre todo, en primavera.

el problema empieza cuando al amor se une la geometría.



absolument pas

hoy, no tengo absolutamente nada que decir.
hoy, tampoco tengo ganas para decir siquiera nada.

entonces, ¿porqué?

¡ah, me pillé!

¡este exhibicionismo!


casino royale

me he puesto la negligée.
me he calzado las katiuskas.
y he salido a pasear por los meadows.

¡ah, no! ¡ah, no! ¡no otra vez!
esta vez, definitivamente, no hay excusas.
mi discoteca no me necesita.

parole, parole

elegimos las palabras
como armas arrojadizas. como escudos. como refugios. como espinas. como bálsamos. como disfraces. como paraguas. como tiritas.

elegimos las palabras para mentir. para mentirnos. para que nos mientan.
embozados. ocultos. escondidos. huyendo tras las palabras. escapando de nosotros y de los demás. blablablabla. elegimos las palabras.

miénteme, dime que durante todos estos años me has estado esperando. de acuerdo johny, te quiero, siempre te he querido, y durante todos estos años te he esperado.

elegimos las palabras para no tener que callar.

mi cuerpo es un templo

las bacterias y los virus son mis profetas.
me santifico con aspirinas y redoxones.

loado sea mi cuerpo por dar cobijo a tanto ser vivo.

amén.

(la vida a 38,5º es un lugar extrañamente opaco)

signals for tea

en cuanto me recupere de esta postración (¡ays!, ¡con lo bien que me sientan esta palidez, esta lasitud, esta decadencia...!) tengo la firme intención de dar un té danzante. es absolutamente necesario.

mientras me repongo ,voy pensando en la lista de ingredientes.

además de los sandwiches de pepino (prioritarios), necesitaré (empleo un plural genérico, el género es indeterminado) un mayordomo, un invitado de fina ironía, un invitado perfectamente idiota, un invitado letrado, un invitado prepúber (para que moleste), un invitado enamorado, un libro sobre el que deba ser com-ple-ta y to-tal-men-te necesario hablar, un suceso que comentar (no sirven ni bodas, ni bautizos, ni comuniones, entierros, aún duda) y un disco de steve beresford.

será el evento de la temporada. suspirosuspiro.


and now for something completely different

me moriré en parís con aguacero,
un día del cual tengo ya el recuerdo.
me moriré en parís –y no me corro–
tal vez un jueves, como es hoy, de otoño.

jueves será, porque hoy, jueves, que proso
estos versos, los húmeros me he puesto
a la mala y, jamás como hoy, me he vuelto,
con todo mi camino, a verme solo.

césar vallejo ha muerto, le pegaban
todos sin que él les haga nada,
le daban duro con un palo y duro

también con una soga; son testigos
los días jueves y los huesos húmeros,
la soledad, la lluvia, los caminos...

piedra negra sobre una piedra blanca, de poemas humanos, césar vallejo


la clave

lo que yo necesito es un josé luis balbín, con su barba, su pipa y todo, para que me descifre las claves.
lo que yo necesito es un josé luis balbín que me diga cuándo sí y cuándo no, cuál es la palabra justa y necesaria, cuál es la mirada que abrirá las puertas, cuál es el gesto preciso.

porque...

he mirado el libro de instrucciones. pero estaba en chino cantonés, en griego, en samoano y en rumano...no ha habido manera.

he comprado una lupa y he buscado pistas, pero me temo que no tengo el don de dupin, sino el del orangután.

he ido de exploración buscando el nilo azul, pero ni nilo ni azul, si acaso un danubio sin estelas, de andar por casa.

lo que yo necesito son las claves. las claves para saber hasta dónde y cuándo y quién y cómo. un papel pautado, una explicación razonable, un método.

siempre buscando un programa debate y recalando en un talk show...

¡que alguien me devuelva los mapas!

el triunfo de la voluntad

la flu me tiene hecha unos zorros.

dando la chapa

mondieu! aunque ser hetero también mola (en bonita tonalidad anarquista) y si el pop will make us free, será a través de the white stripes?

steve mcqueen, sobre mi corazón, siempre

la deca - dence

este otoño-invierno me siento completamente decadente e insisto en sufrir the spanish influenza con frecuencia semanal.

tengo que completar este cuadro veneciano de vahídos, palidez y tosecillas.

¿algún voluntario para acomodarse conmigo en la chaise longue?

la melancolía debe llamarse ernesto

sí, esa melancolía posterior a la fiesta, qué fantástica fantástica la fiesta, tiene que llamarse ernesto.

o ella o la resaca, porque ambas llegan cuando menos se las espera y además te abren la cabeza con un tiesto.

ten cuidado con ernesto, te abrirá la cabeza con un tiesto...

ernesto, ernesto, ernesto.


mi fracaso personal

haber sido absolutamente incapaz de articular mis tiempos y los tiempos de astrud en madrid y en concierto(s) las dos últimas semanas.

y mira que me sale bien lo de hacer de fan.

¡pues al final la culpa es vuestra porque no me hacéis ni caso ni me prestáis atención!

terribleterrible

¡ay!

nota: recuerda, querida, amonestarte por tu muy cuestionable conducta.

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